sábado, 10 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 4: FRANCISCO CONOCE TODO EL ARTE TENOCHCA.

Quetzalli: -Ahora te voy a enseñar las esculturas y vamos a hablar de ellas.

Francisco: -Me parece bien Quetzalli, realmente me estás enseñando muchas cosas valiosas que me van a servir para mi tarea, además de que les voy a poder enseñar a todos mis compañeros y a mi maestra las utilidades del arte Tenochca así como también podremos hablar de los materiales que ustedes utilizan y los que nosotros utilizamos en el lugar de donde yo vengo.

Quetzalli: -Me alegra mucho que te esté ayudando pero tenemos que seguir si queremos terminar de ver todo… mira, nosotros nos dedicamos a hacer muchas esculturas, en nuestro templo de Quetzalcóatl tenemos una escultura labrada en piedra que representan a Tlaloc y serpientes emplumadas.

Francisco: -Me parece increíble, es una escultura gigante, en el futuro, bueno en el lugar del que yo vengo no hay esculturas hechas de este tamaño y ya tampoco se acostumbra labrar la piedra. Es triste decirlo pero en el año 2011 que es de donde yo vengo ya casi nadie toma con tanta importancia el arte pero aquí es algo muy importante y sagrado.

Quetzalli: -Bueno es que aquí aparte de que valoramos mucho el arte también nos encargamos de pasar los conocimientos de generación en generación. Padre – hijo, madre – hija, ya que al llegar a la edad adulta ellos (los hijos) continúan las labores de los padres.

Francisco: -Wow, esta escultura también está enorme.

Quetzalli: -Es la piedra de Tizoc. Nuestros nobles, líderes políticos y sacerdotes ordenan estas obras de arte para que nuestros acontecimientos, fechas importantes y las hazañas de nuestros dirigentes perduren en el tiempo. A través de nuestra escultura imprimimos nuestro gusto por la grandeza y permanencia, así como nuestras necesidades religiosas.

Francisco: -Bueno pues en mi cultura también tenemos algunas representaciones artísticas en nuestras iglesias, parques, bueno en realidad tenemos muchos monumentos de personas que hicieron cosas buenas.

Francisco: -Quetzalli, te importaría ser más específica y explicarme las características de sus esculturas.

Quetzalli: -Bueno pues primero que nada, se presta mucha atención a detalles anatómicos en las representaciones humanas y animales; nos preocupa mucho reproducir el tipo físico azteca; en nuestra esculturas nos gusta representar todos los detalles corporales como las uñas, las líneas de las palmas de las manos, las arrugas, etc., con toda exactitud; además de que nuestra escultura la constituyen objetos de culto con una temática muy abundante en símbolos e insignias. Un ejemplo de lo anterior es nuestro calendario.
Francisco: -¡Vaya! Ya lo veo, en el lugar donde yo vivo sí tenemos calendarios pero no son de piedra ni tiene todos esos símbolos, jaja nuestros calendarios sólo son de papel. En verdad es increíble lo que ustedes hacen.

Quetzalli: -Pues te agradezco tus comentarios… pero bueno, también te platico que nuestras esculturas representan a nuestros dioses más importantes como la que te enseñé de Tlaloc “nuestro dios de la lluvia”, también de Chalchiuhtlicue, ella se encarga del agua dulce, de las lluvias, de los lagos y de los ríos.

Quetzalli: -Tenemos preocupación por las órdenes marciales, culto a la guerra nuestros sacrificios, por lo cual también realizamos esculturas sobre esos temas.
Francisco: -¿Cómo cuáles?

Quetzalli: -Como nuestro caballero águila, ellos se encargan de traer víctimas para poder alimentar al sol con su sangre y su corazón.

Francisco: -Cielos, ya lo entiendo. En el año en el que yo vivo (2011) no hacemos esculturas por el tipo de razones que tú me dijiste, además de que los artistas de mi época representan cosas tan raras, ni siquiera de les ve forma, ellos los llaman arte abstracto.

Quetzalli: -Que nombre tan extraño… pero no te asombres, también hacemos esculturas de cosas más agradables para ti, como de animales, (águilas, coyotes, jaguares, peces, búhos, chapulines, monos, ranas, caracoles, perros y serpientes). Y por último, también hacemos esculturas de plantas pero no son muy comunes.

Francisco: -Vaya, ustedes sí que se preocupan por representar todo, en mi época no hay tantas esculturas, además de que casi no hacemos representaciones ni de animales ni de plantas.

Quetzalli: -Bueno… supongo que todos tenemos diferentes culturas, tradiciones y formas de pensar y también creo que conforme pasa el tiempo todo va cambiando.

Francisco: -Si, tienes mucha razón.

De repente, Quetzalli notó algo raro en Francisco, uno de sus pies comenzaba a verse un poco transparente.

Quetzalli: -¡Francisco! ¿Qué te pasa en tu pie?

Francisco: -¡Cielos! No entiendo porque está transparente ¡¿Qué está pasándome?!

Justo cuando Francisco pronunció esa frase se escuchó una potente voz que ni Quetzalli ni Francisco pudieron identificar, ni siquiera se dieron cuenta de dónde venía.

Voz misteriosa: -No te asustes Francisco, se te permitió venir a esta época para que conocieras y entendieras el verdadero sentido del arte Tenochca y lo que aprendieras lo compartieras con todas las personas que están a tú alrededor. Sin embargo sabes que no puedes quedarte aquí para siempre, se te está acabando el tiempo aquí, así que si quieres terminar de aprender del arte Tenochca más vale que tú amiga y tu se den prisa. En este momento se te dará un reloj que tiene marcado una hora como tiempo máximo, luego de que pase esa hora desaparecerás por completo de Tenochtitlán y regresarás al lugar a donde perteneces así que les sugiero darse prisa.

Quetzalli: -Francisco, debemos darnos prisa todavía me faltan algunas cosas por enseñarte y no quiero que te vayas sin verlas.

Francisco: -Si Quetzalli, vamos a apurarnos para terminar, además estoy muy contento porque ya tengo una manera de regresar a mi casa.

Quetzalli: -Bueno pues entonces continuemos…

CONTINUARÁ…

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguilera, Carmen. El arte oficial Tenochca. Su significación social. Editorial UNAM. México. 1985. Pp. 21 – 47 y 143 - 155
CLAVE: F1219.3.A7 A38 EJ2 en Investigación Histórica.

Baquedano, Elizabeth. Los Aztecas. Editorial Panorama. México. 1992. Pp. 109 - 152
CLAVE: F1219.73 B36 en Investigación Histórica.

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